Un viaje se sabe cómo comienza pero nunca cómo termina, aun siendo azafata de vuelo y estando acostumbrada a recorrer el mundo.
Con el buen ánimo que le aporta un trabajo que adora, Elena afronta
asistir un vuelo de larga distancia con la rutina usual de todos los
días. Sin embargo, un misterioso y atractivo pasajero, marcará la
diferencia en este viaje.
La naturaleza curiosa de Elena no pasa por alto que tanto la apariencia
como el comportamiento, de ese pasajero, no concuerdan con su asiento en
clase business. Eso, sumado a una increíble mirada celeste, hará que la
azafata no oculte el interés que siente por él.
Un cita tras el aterrizaje podría desvelar las dudas de Elena, pero:
¿estará preparada para lo qué puede descubrir? ¿Cuánto hay que saber de
una persona para sentir que la conoces?
Comentarios
Publicar un comentario