Retrato fiel y descarnado de la
sociedad norteamericana actual, encarnada en la familia Silver y su
círculo social más cercano.
Se trata de un relato lineal, en el que la acción transcurre
durante un año, de una fiesta de Acción de gracias a la siguiente,
narrado por Harry, el protagonista, con un estilo elaboradamente
sencillo.
La trama te atrapa desde el comienzo, con una sucesión de
acontecimientos sorprendentes y disparatados, en una especie de
tragicomedia.
Los personajes presentan un rasgo común; al principio son seres
ausentes, sin personalidad, y con el tiempo van sufriendo una
metamorfosis: así Harry Silver, el protagonista, que es la
antítesis del héroe americano, se convertirá en un hombre fuerte y
resolutivo; los niños, que al principio son seres sin presencia, se
revelarán como personas complejas, al igual que Cheryl, un ama de
casa obsesionada con el sexo, a la que Harry conoce por Internet y
que será su única amiga.
Y es este proceso que sufren los personajes, junto con el
interés de la trama, lo que te hará disfrutar enormemente de esta
lectura.
Me atrevería a situar a la autora junto a los mejores escritores
norteamericanos contemporáneos, en la línea de Philip Roth, Cormac
McCarthy, Thomas Pynchon o Don DeLillo, quien por cierto aparece
varias veces en la novela; es a este último al que más me recuerda,
en su estilo y en la constante presencia de la política y el sexo,
aunque A. M. Homes le añade un toque de tierna
ironía, que en Don DeLillo es casi sarcasmo.
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